¿Qué
si uno tiene en mente
cuántos
colores tiene una sombra?
¿Qué
si conozco que tu pupila
tiene
espesor de nube
y
color de tormenta?
Que
si cuando callas
miro
tus labios
y
veo que nunca fue
tan
cierto
este
silencio.
Que
si me conoces
y
sabes que por corazón
llevo,
sin duda alguna,
un
engranaje
que
hace años que no tiene cuerda.
Qué
si te soy sincera
y
te digo con atrevimiento
que
te quiero.
Qué
si no sé quedarme como una piedra,
que
tengo que ser necia, e insistir.
Fingir
que por mis oídos
no
pasa tu nombre.
Que
si nunca te diré
que
seguiré pintando despedidas
hasta
que tengas el valor
de
decirme adiós.
Que
si nunca dejaré
de
mirar tu nuca,
tus
estrellas,
de
amar tu poesía.
Que
si nunca
será
nunca.